Los 7 Domingos de San José es una práctica piadosa que alcanzó un notable desarrollo en los años 30, 40 y 50 del siglo XX. Consiste en la contemplación de los Dolores y Gozos de San José (que son siete), y las fórmulas para ponerlos en prácticas son varias. Se pueden rezar en una sola jornada, todos los Dolores y Gozos juntos, o bien a través de un Septenario. Pero lo más usual es hacerlo durante los siete domingos previos a la Onomástica de San José, y por tanto al 19 de Marzo, que es como lo practica esta Hermandad. No obstante, es su forma "oficial" de rezarse. Así, cada domingo se contempla un Dolor y un Gozo, padrenuestro y Ave María, seguido de las Letanías de San José, Ángelus a la Santísima Virgen María, y por último, rezo de la Salve Josefina. Esta es la estructura que sigue nuestra Hermandad, aunque puede abreviarse o incluso alargarse. Tal y como lo celebra nuestra Hermandad, suele durar en torno a 10 minutos, y por supuesto, los rezos se rematan con una Eucaristía dedicada cada domingo a San José.
Los Siete Domingos sirven de preparación espiritual para la gran fiesta de la Hermandad, el día grande de todos los josefinos, la Festividad de San José. Semana a semana, cada Domingo, es muy alta la participación de hermanos y devotos que siguen el camino josefino que marcan los Dolores y Gozos de San José, para llegar a la gloriosa meta de postrarse ante el Santo Patriarca el día de su Onomástica.
Destacar que durante las siete semanas (siete domingos) que duran estos cultos, la imagen del Patrón de la ciudad, recibe a sus devotos despojado de lujos, de la manera más humilde, es decir, vestido de hebreo, una representación de sus orígenes que gusta mucho a sus devotos que lo sienten así más cercano. Sin embargo, ya el día de su Festividad aparece vestido con sus mejores galas.
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